No rendirse nunca...

Es posible que os cueste creer que siendo ya un adulto jamás he celebrado un cumpleaños, nunca comí una tarta con velas de esas tan populares y si alguna vez lo celebré ni me acuerdo...

Puede que la culpa la tenga yo porque nunca comunicaba a los demás esa fecha y solo ahora por los medios sociales que se enteran me felicitan en la red. También es cierto que jamás eché de menos que me celebraran, pues la soledad es una opción perfectamente legitima cuando se sabe estar solo, pero no es buena cuando se te da impuesta por circunstancias personales.

De todas formas, en la actualidad yo no me siento solo, pues aunque en la distancia, tengo a una gran mujer que llena mi vida y cuando no la tenia, llenaba mi vida con mis poemas y mis lecturas.

La soledad no es ni buena ni mala, a veces se elige porque la sociedad no llena tus expectativas y te refugias como ha sido en mi caso en el estudio continuo de diferentes materias como son las que a mi me han llenado, ciencias del cosmos, literatura en general y sobre todo la lectura de los grandes genios de la física y la filosofía.

Lo más probable, es que un psicólogo te diga que esa forma de proceder no sea sana para tu mente y yo estoy de acuerdo con esa aseveración, las relaciones humanas y el contacto son muy importantes para un equilibrio mental porque seguramente aunque yo no me dé cuenta, el aislamiento al que voluntariamente estuve sometido, puede que me pasara factura en un futuro, pero analizando al día de hoy como me siento, tengo mucha felicidad en mi corazón...quizás la clave esté en que por muchos problemas y soledades por las que pasé, jamás me he rendido... 

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